Balizaje y seguridad de la navegación

Señales y luces

El balizaje, cuya misión es garantizar la seguridad de la navegación, comprende marcas visibles durante el día: torres, balizas y boyas reconocibles por su forma, color y aspecto llamativo. Estas referencias se encuentran dispuestas de manera que eviten al buque que se hace a la mar los peligros que oculta el fondo. Se emplean dos grupos principales de señales: las cardinales, que son las que balizan un peligro en uno solo de los puntos cardinales, y las señales laterales, que balizan los límites laterales de un canal de navegación. Las luces se dividen, a su vez, en dos grandes categorías: luces fijas y luces flotantes. Según sea su tipo de encendido, se dividen en luces continuas y luces intermitentes (destello intermitente, centelleo, etc.). Finalmente, tanto el color como el alcance de las luces contribuyen a su idendificación. Por la luminosidad que producen sobre el horizonte se clasifican en luces: de gran radio de acción, que son las más potentes; de jalonamiento de las costas, que tienen una potencia media; y de entrada de puerto, con una de ellas ligeramente más potente, señalando la entrada principal. Actualmente, los principales faros disponen también de señales sonoras para los días en que la niebla dificulta las luminosas. Desde 1925 existen los radiofaros. Señalemos también la gran importancia que a efectos de navegación tienen otros desarrollos técnicos, como el radar y los satélites artificiales.

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