Bandung: el nacimiento del Tercer Mundo

El fin del complejo de inferioridad

En Bandung, los representantes de los países africanos y asiáticos abrieron una puerta que les permitiría entrar de lleno en la vida política internacional. Conscientes de su carácter de comunidad en cuanto a su futuro e intereses, los «antiguos colonizados» se unieron para afirmar el antiimperialismo, la no alineación y el derecho al desarrollo. En su carácter de protesta ante la colonización, la conferencia reúne a sus participantes en contra del imperialismo, en primer término. Y en nombre del anticolonialismo, la URSS queda apartada de la reunión. El antiimperialismo se expandirá después de Bandung en el seno de la Organización de solidaridad de los pueblos de Asia y Africa, creada en 1958, poco después de que los países africanos accedieran en masa a las Naciones Unidas. Como corolario de esa requisitoria, los países descolonizados adoptan el principio de no alineación como una condición necesaria para el desarrollo de su personalidad y de su identidad. En el contexto de la guerra fría, la «negativa a recurrir a tratados de defensa colectiva, destinados a servir a los intereses de las grandes potencias, sean cuales fueran» no significa más que eso. En el campo político, Bandung logró que en los países africanos y asiáticos muriera el complejo de inferioridad, según expresión de L. S. Senghor.

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