Brujos, chamanes y curanderos

La medicina paralela

Muy anterior a la conquista colonial de los imperios maya, azteca y olmeca, la antigua práctica mágica de la medicina tiene sus raíces en la memoria colectiva de los indios. Se ocupa de las enfermedades cuyo foco permanece desconocido y su agente causal indiscernible: el mal se debe a la acción de fuerzas invisibles y maléficas. A falta de explicaciones anatómicas y fisiológicas suficientes, el médico mago traslada todo lo referente a la patología al terreno de lo sobrenatural. Durante largo tiempo, la medicina científica ha venido rechazando las «medicinas paralelas» que seguían sobreviviendo. Hoy en día, una cierta desmitificación del médico, así como sus desilusiones ante los fracasos de la ciencia, han vuelto a colocar en un lugar honorable las antiguas creencias, a las que se les ha llegado a descubrir una cierta eficacia. El brujo o el médico mago satisfará siempre mucho mejor que un científico la necesidad ancestral del hombre enfermo de creer en fenómenos sobrenaturales y divinos, sobre todo en un mundo industrializado que parece haberse olvidado por completo de toda necesidad espiritual.

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