Campo y campesinos de los siglos XI a XIII

Siervos y villanos

En el s. XI no hay ya esclavos, pero tampoco verdaderos hombres libres. Las dos categorías se han fundido, en efecto, para dar nacimiento a la servidumbre. Verdadera propiedad del amo «desde la planta de los pies a la punta de los pelos», sujeto a impuesto y a servicios de toda laya, el siervo está sometido a cantidad de cargas fijadas por la costumbre del señorío. Así, si quiere casarse fuera del dominio del señor, debe pagar una tasa de matrimonio; si hereda, tendrá que desembolsar un derecho de sucesión, las «manos muertas». En cualquier caso, determinados campesinos permanecen siempre calificados como libres por los textos que los denominan «villanos», de la palabra villa, o dominio. Responsable, en efecto, de sus movimientos y capaz de transmitir sus bienes, el villano no está, empero, menos sometido al señor, que sigue siendo propietario de la tierra que trabaja.

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