Carlos V, un gigante

La fabulosa herencia

Hijo de Felipe el Hermoso y de Juana la Loca, Carlos V se beneficiaría sobre todo de la herencia de sus abuelos, que se contaban entre los más poderosos soberanos del s. XV. Su abuela paterna, María de Borgoña, le había legado, al morir, en 1482, lo que quedaba del poderío borgoñón: los Países Bajos y el Franco Condado. Su abuelo, Maximiliano de Habsburgo, era rey de Austria y titular del Sacro Imperio. Por el lado materno, y dado que la muerte se había cebado cruelmente con todos los hijos de los Reyes Católicos, Carlos se convirtió, unos cinco meses después de su nacimiento, en heredero de Castilla, de Aragón y de todas las posesiones españolas de ultramar. Los aragoneses eran, a la sazón, dueños de Sicilia y de Nápoles, y los conquistadores castellanos estaban en curso de explorar y de explotar las fabulosas riquezas del Nuevo Mundo.

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