Circulación y seguridad: el código del ferrocarril

El horario se estudia mediante gráficos: en él se traza el recorrido de los trenes de modo que no interfieran entre sí. Los horarios de todos los trenes se editan en folletos especiales destinados a los jefes de estación y los conductores de los trenes; para los usuarios se publican extractos que sólo reproducen los horarios de los trenes regulares de viajeros; otros gráficos disponen la circulación de las locomotoras y también de los conductores y empleados de los trenes. La marcha del servicio se sigue a través de un puesto de mando donde los supervisores controlan permanentemente la circulación, cada uno en una sección de la línea, e intervienen en los casos en que se producen retrasos importantes o accidentes en la línea. La seguridad legendaria del ferrocarril se basa en esto y, como para los demás medios de transporte, en un mantenimiento continuo de las instalaciones y de los vehículos, así como también de la seguridad propia del sistema ferroviario, basada en la circulación sobre rieles, en la existencia de las instalaciones de seguridad, y, sobre todo, en las señales situadas a lo largo de la vía y en la aplicación rigurosa de un reglamento de seguridad muy preciso, desde la utilización correcta de los cambios y las señales, por parte de los guardagujas, hasta el respeto estricto de las limitaciones de velocidad, por parte de los maquinistas. Las señales sirven para transmitir órdenes a aquéllos a fin de evitar el choque de dos trenes o un descarrilamiento sobre un cambio, por ejemplo.