Cuando todos los caminos llevaban a Santiago

Las peregrinaciones por todo el mundo

La mayor emigración de Occidente fue la que condujo hacia Oriente. Las cruzadas hicieron desplazarse en dirección a Tierra Santa a viejos y a niños, a caballeros y a aldeanos, a santos y a criminales. Al mismo tiempo, otros viajes de menor alcance tenían lugar en el mismo Occidente. Algunos de ellos adquirirían rápidamente un valor privilegiado, pasando a bosquejar el itinerario de las grandes peregrinaciones, que constituyeron uno de los elementos esenciales dentro de la vida religiosa: se acudía a uno u otro santuario para hacer penitencia, cumplir un voto piadoso o rendir homenaje a Dios o a sus santos. Pero también tuvieron una función social. Pobres y ricos, indígenas y extranjeros, se mezclan en los caminos compartiendo con frecuencia las mismas alegrías y las mismas penas. Esta gran mezcolanza de pueblos resultará ser un factor esencial para la renovación de la sensibilidad del mundo medieval.

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información