De las pruebas al éxito: a vela y, después, a vapor

Propulsión: hélice o ruedas de paletas

En 1845, la discrepancia teórica entre quienes propugnaban la hélice y los partidarios de la rueda de paletas parecía que iba a prolongarse indefinidamente. Fue entonces cuando el almirantazgo británico decidió organizar una prueba entre dos barcos, amarrados uno a otro por la popa: el Rattler, dotado de una hélice, y el Alecto, con dos ruedas. El desenlace de la experiencia mostró las ventajas de la hélice. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la suerte influyó sobremanera, ya que la hélice geométrica del Rattler se rompió por varias partes, con tal fortuna, que se produjo una hélice multipala casi de tipo moderno. En 1843 el Great Britain, buque de hierro, con una eslora de 100 m, construido por el ingeniero Isambard Kingdom Brunel, fue dotado con una hélice de seis palas accionada por una máquina de cuatro cilindros. El mismo ingeniero construyó el Great Eastern, buque de 210 m de eslora y de propulsión mixta (hélice y ruedas).

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