De un socialismo a otro

Karl Marx clasificó al socialismo en dos tendencias: la utópica, que procedía de un tipo de humanismo sentimental, y la científica, que estaba representada, en lo esencial, por el marxismo. ¿Quiénes eran los utópicos? En primer lugar, el inglés Owen que, tras haber intentado diversas experiencias de vida comunitaria, se orientó hacia la creación de cooperativas obreras de consumo. Los franceses multiplicarían después, a lo largo del s. XIX, experiencias de este tipo. Las primeras escuelas socialistas se interesaban más por cuestiones sociales que por la política propiamente dicha. A este respecto es significativo que Proudhon, uno de los grandes teóricos del movimiento obrero del s. xix, se mantuviera relativamente indiferente hacia los acontecimientos políticos de 1848. Fourier y su falansterio; Cabet y su «comunismo» de anticipación; Louis Blanc y su taller social, todos estos socialistas aspiraban a un mismo ideal de justicia social, pero estaban en desacuerdo respecto a los métodos necesarios para conseguirlo. Unos estaban interesados por la industria y otros por la agricultura; unos eran más idealistas y los otros, materialistas, etcétera.