Egipto (Historia)

EGIPTO HASTA EL SIGLO XVIII

El Islam en Egipto

Egipto es, sin duda, el estado más antiguo del mundo. Debe al Nilo su unidad, y los desiertos que le circundan lo han preservado, si no de las invasiones, al menos de la integración en otros conjuntos nacionales. El Egipto faraónico después de caer sucesivamente en manos de los persas (Cambises, en 525 a. de J.C.), y de los romanos (Octavio, en 30 a. de J.C.), pasa a ser una provincia bizantina cuya historia, en los siglos IV y V, está hecha principalmente de querellas religiosas (Arrio y la herejía arriana en Alejandría, a partir de 323; «Símbolo» de Nicea confirmado por el Concilio de Constantinopla, en 1381). Es en Egipto donde el monofisismo logra el mayor éxito (conflicto «nacionalista» con Constantinopla). A finales del siglo VI, hay en Alejandría dos patriarcas: el patriarca imperial, apoyado por el emperador, y el patriarca jacobita (monofisita), sostenido por el fervor popular. En esta época, el griego deja de ser empleado por la Iglesia egipcia, y es sustituido por el copto. En vísperas de las invasiones árabes, el país atraviesa por un estado de miseria extrema: calamidades naturales (langosta, epidemias) o políticas (exacciones de los gobernadores, persecución contra los monofisitas, pillajes de las tribus bereberes) se abaten sobre Egipto, hasta el punto de que la dominación musulmana fue considerada por muchos como una liberación.

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