El año mil: el pavor de los clérigos

De la monarquía a la primera época feudal

Repartido entre los nietos de Carlomagno, hostigado por los invasores normandos, húngaros y sarracenos, el Imperio carolingio no es, a principios del s. X, más que un agregado de pequeños principados más o menos independientes entre sí. En la parte germánica de Europa, la autoridad pasa a manos de los grandes duques, como los de Sajonia o Baviera. En Francia, los descendientes de los reyes carolingios pierden el poder que les quedaba. Se inicia entonces lo que se ha dado en llamar el primer período feudal. En tiempos tan turbulentos como los que corren, desaparece toda referencia a un poder central. Los individuos prefieren vincularse a señores locales, a los que juran fidelidad y sostén militar a cambio de protección y, a veces, de una tierra, de un feudo.

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