El botones
Tipo lamentable de la sociedad moderna... A la puerta del hotel, en la antesala del club, en la redacción del periódico, en cualquier oficina o centro social, veréis al muchacho de menguada talla, vestido con un uniforme elegante, estilo británico: una chaquetilla que acaba en una punta sobre el vientre y en otra al final de la espalda. Abróchase esa chaquetilla con doble fila de botones dorados. Y el traje ha dado nombre a la criatura. Se le llama el «botones».
En las antiguas costumbres, todo servidor era llamado por su apelativo bautismal... Pepe... Juan... Lucas... Ahora no...
-¡Qué venga el «botones»!...
Y el «botones» aparece con su gorrito en la mano, se cuadra militarmente y espera la orden.
El «botones» de que voy a hablar, formaba parte de la servidumbre de uno de estos círculos nuevos en los que el gran negocio es la ruleta, el bacará o el monte; en suma, la pasión desenfrenada, el oro que impera en las muchedumbres contemporáneas.
Llamábase Eustaquio....
Está viendo el 16% del contenido de este artículo.
Solicitud de acceso
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
ACCESO COMPLETO
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
SIN PUBLICIDAD
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
ACTUALIZACIÓN
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales:
Enseñanza
Bibliotecas públicas