El rey Salomón: sabiduría y justicia

Un rey sabio y hábil

Su hijo menor, Salomón, que reina entre el 973 y 933, es considerado como una de las figuras privilegiadas de la sabiduría. Este esplendor legendario lo debe indudablemente a su gran habilidad política, pues sabiendo lo frágil que es la seguridad de su pueblo, se esfuerza por evitar los enfrentamientos mortales y trata de solucionar diplomáticamente las relaciones con sus vecinos. Busca la alianza con Egipto y se hace amigo de los fenicios, que le ayudan en sus empresas comerciales. Una intensa actividad mercantil enriquece notablemente el reino, y permite a Salomón hacer de Jerusalén una ciudad magnífica que vienen a visitar los príncipes extranjeros. Su huésped más importante es la soberana de la Arabia Feliz, la reina de Saba. El símbolo, la apoteosis de su reino, es la construcción, en el monte Sión, del templo destinado a albergar el Arca de la Alianza. Durante casi cuatro siglos, la monarquía mantendrá la tradición hebraica en medio de las convulsiones del Próximo Oriente, pero la destrucción de Jerusalén, obra del rey Nabucodonosor, en el año 587, pone fin al reino de Judá.

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