El viaje de una carta y de un mensaje telefónico

La Administración Española del Correo, encuadrada en la Dirección General de Correos y Telecomunicación del Ministerio de Transportes, Turismo y Telecomunicaciones, presta hoy, además del tradicional servicio de correos, otros, como son, el servicio telegráfico, el servicio telex, el Servicio Público de Conmutación de Mensajes y, desde luego, el también tradicional de giros telegráficos y postales. El Servicio Postal propiamente dicho, de recepción y envío de paquetes y correspondencia, ha de atender un volumen de 4.325.162.000 objetos (1982), lo que representa una media de 115 objetos por habitante. Este tráfico, que se había incrementado durante los años 70 en un 7% anual, ha comenzado a reducirse a partir de 1980. Sin embargo, aún no se puede afirmar si esta tendencia a la baja será o no irreversible. De este tráfico, el 80,1% correspondía a sociedades y el resto a particulares. El transporte se lleva a cabo a través de cuatro tipos de redes: la red primaria está constituida por enlaces internacionales e interregionales (grandes rutas interurbanas e internacionales aéreas, marítimas y ferroviarias). La red secundaria está integrada por los enlaces interprovinciales (ferrocarril y carretera). La terciaria agrupa los enlaces rurales, progresivamente motorizados. La cuaternaria comprende los transportes en el interior de las poblaciones. Entre los medios de la red primaria cabe destacar la creación en 1964 de los trenes postales independientes de los coches correo y furgones incorporádos a la composición de las rutas de RENFE. Por aire, el correo se transporta en aviones de compañías regulares, tras suprimirse en 1979, por su alto coste, los vuelos nocturnos especiales. Digamos finalmente que, en 1982, la red rural motorizada efectuaba un recorrido diario de 147.607 kilómetros.