Al mismo tiempo que introducía elementos modernizadores, el capitalismo trastocaba las economías tradicionales de los países dominados. Estas distorsiones están en el origen de lo que se llama el subdesarrollo. En la realidad, el Tercer Mundo abarca realidades fuertemente diferenciadas, si bien es posible establecer algunas características comunes: preponderancia del sector agrícola, gran desarrollo demográfico, distorsiones económicas y sociales muy pronunciadas, etc. En el transcurso de los dos últimos decenios, el Tercer Mundo ha registrado diferenciaciones que dependen, a la vez, de las fuerzas productivas locales y/o de la importancia de los recursos minerales, especialmente de los hidrocarburos. Aparte de un grupito de países que han experimentado un fuerte crecimiento, la mayor parte de los países del Tercer Mundo ha progresado poco, se ha estancado o, incluso, retrocedido. En la mayoría de los países, la agricultura, que ocupa a la mayoría de la población, no basta para cubrir las necesidades locales. El deterioro de los términos del intercambio que ha caracterizado los tres decenios que han seguido a la segunda guerra mundial continúa pesando. Sólo los países de la OPEP, productores de hidrocarburos, han podido modificar las leyes del mercado.
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