Escoger a nuestros gobernantes: las elecciones

La verdadera vía de acceso a la cumbre

Las elecciones son el camino efectivo de acceso al poder, aunque, evidentemente, no son el único existente. El procedimiento electoral se ha ido imponiendo poco a poco y ha ido estrechamente vinculado a la democracia desde sus orígenes. La democracia, que quiere decir —siguiendo a Lincoln— «el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo», implica que el pueblo participa plenamente en la gestión de sus propios asuntos. Esto, en la práctica, es imposible de realizar a gran escala; por ello, la «democracia representativa», mediante la cual el pueblo encarga libremente a ciudadanos elegidos que le representen en el poder, es el menos malo de los sustitutos de la «democracia directa». De todas formas, para que se pueda hablar verdaderamente de que existe democracia es preciso que las elecciones sean libres, es decir, que los ciudadanos tengan la posibilidad y los medios de elegir libremente, entre varios candidatos.

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