Escribir con la luz

Física y química asociadas

Tanto en la toma de la fotografía como en su positivado, interviene una combinación de elementos químicos y de procedimientos físicos. Al tomar la fotografía, los rayos luminosos que se difractan sobre los diferentes elementos de su composición se reúnen, gracias a un objetivo compuesto por diversas lentes, en una superficie fotosensible. El tema, recogido así por un juego de óptica clásico, se ve proyectado sobre una superficie que graba las variaciones de la luz: la película sensible. De esta manera se capta una imagen latente y todavía invisible en este estado del proceso. Una primera operación, a través de la acción de un revelador, hace aparecer la imagen. En este primer baño se produce una reducción química que transforma las sales de plata de la película en plata metálica. En el transcurso del lavado se eliminan las sales que no habían sido impresionadas por la luz, y a continuación, se fija la imagen así obtenida en un nuevo baño que interrumpe los procesos químicos. Así se transforma la imagen latente en una imagen negativa que reproduce en valores invertidos de blanco y negro el tema fotografiado. Este negativo no es sino la imagen positiva potencial que obtendremos volviendo a proyectar luz sobre una superficie fotosensible (de papel, por regla general) y a través del negativo transparente. A continuación, se actúa como si se fuera a obtener el negativo por medio de la reducción de las sales de plata, lavado y fijado. La imagen así obtenida constituye una prueba o una fotografía, propiamente dicha.

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