Hacia una arquitectura contemporánea

La arquitectura al servicio de la colectividad

A principios de siglo, los problemas que tienen que resolver los arquitectos son numerosos y, además, exigen soluciones prácticas. ¿Cómo se puede ofrecer una vivienda decente al mayor número posible de personas? ¿Cuáles son los medios que se necesitan para realizar este nuevo objetivo? ¿Qué relación existirá, entonces, entre la arquitectura y la industria? Y para responder a las exigencias de los organismos públicos, la arquitectura tiene que convertirse en un arte al servicio de la colectividad. Los arquitectos del s. XX ven aparecer una nueva dimensión: se ha transformado toda la sociedad con la revolución industrial y con ella la integración del hombre y de su ambiente. Han aparecido nuevas concepciones formales y el espacio ya no se contempla de la misma forma. El cubismo revoluciona la pintura y, rápidamente, la arquitectura. El urbanismo se convierte en un dato que hay que tener en cuenta desde ahora. La organización social, centrada en torno a la producción, concentra, tanto en las ciudades antiguas como en las nuevas, grandes poblaciones obreras en torno a la fábrica o al yacimiento, que hay que alojar lo más pronto y de la forma más barata posible.

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