Italia y Alemania maran hacia la unidad

Italia, en 1850, está formada por pequeños Estados independientes, el reino de Piamonte-Sardaña que engloba Niza y Saboya, los ducados de Parma, Módena y Toscana, todos ellos bajo la influencia austriaca; los Estados pontificios, que ocupan el centro de Italia; y el reino de Nápoles que se extiende hacia el sur hasta Sicilia. Durante las revoluciones de 1848, el Piamonte había estado a la vanguardia del movimiento. Tras la victoria de la reacción, es el único Estado constitucional que queda en Italia y la única esperanza de aquellos que quieren conseguir la unidad. Por algún tiempo, los republicanos se avienen a admitir a Víctor Manuel II, rey del Piamonte. Los patriotas han comprendido también que la unidad no puede lograrse sino con ayuda extranjera: el fracaso de la guerra del Piamonte contra Austria les ha servido de lección.