Julio César, el primero de una larga estirpe

08/02/2018 1.369 Palabras

Una carrera ejemplar Pero su vida resulta también ejemplar por el carácter del hombre que supo forjar los instrumentos de su poderío. Cayo Julio César nació en el 101 a.C., en el seno de una antigua familia patricia. Sobrino, por alianza, de Mario, el antiguo jefe del partido popular, aparece muy pronto como su sucesor. En el 63 obtiene el cargo vitalicio de gran pontífice, lo que le confiere un prestigio considerable. A continuación, franquea una a una las etapas de la carrera de los honores. En el 62, es pretor. En tal condición, tiene poder supremo sobre la justicia, y trata de servirse de él contra el Senado para evitar la muerte a los conjurados de Catilina, que intentaron adueñarse del poder por la fuerza, y a los que él mismo favoreció secretamente. En el 61 está en España, al frente de tres legiones y posee en dicha provincia el imperium, es decir, el conjunto de los poderes civiles, militares, judiciales y religiosos. En el 60 forma, junto con Craso y Pompeyo, el primer triunvirato, mediante el cual se comprometen en una alianza secreta a maniobrar para conseguir la dominación de Roma. El resultado inmediato es, para César, en el 59, la magistratura suprema, el consulado, que le confiere el imperium y le coloca a la cabeza del Estado.

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