La edad de oro del romanticismo

15/09/2015 1.977 Palabras

El lenguaje romántico Se confía en especial a la voz, a la orquesta o al piano, en campos tan diversos como la intimidad de la música de cámara, apta para traducir los estados de ánimo del creador, y el concierto sinfónico, cuya amplitud y energía ponen en escena al artista o su idea como al héroe de un drama. El lied alemán o la melodía francesa pertenecen al primer mundo e intentan prolongar el poema a través de sus sonoridades. El piano conserva una importante cantidad de sonatas, pero, en general, les agrega una dimensión afectiva o las reemplaza por otras piezas de inspiración más libre (las Leyendas de Liszt), muchas veces agrupadas en ciclos (El carnaval de Schumann). El cuarteto de cuerdas y sus derivados son, al parecer, los que más reflejan las preocupaciones formales de una técnica musical. Por su parte, la orquesta transporta las pasiones del músico hasta los límites de sus posibilidades, explotando al máximo sus recursos de dinámica, sus timbres y, sobre todo, su poderío evocador y dramático. En el concierto, se convierte a la vez en el medio ambiente y en el personaje que se enfrenta con el solista, al que se le otorga el papel de un protagonista heroico y patético. En el lenguaje musical, las libertades de innovación también se imponen: la tonalidad se amplía con la incorporación de una armonía más rica y con una gama nueva de modulaciones inesperadas. Cada compositor establece su estilo, imprime a su música un lenguaje propio y personal.

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