La energía y la revolución industrial en la Edad Media

Las energías naturales

En una Edad Media en la que había desaparecido la esclavitud, pero en la que el 80 por 100 de la energía era todavía de origen humano, las nuevas industrias se decantarán hacia la utilización del molino: molinos de agua sobre todo, cuyo principio conocían ya los romanos, pero también molinos de viento, cuyo uso se limita, no obstante, a la molinería hasta el s. XV. El molino hidráulico conoce un desarrollo espectacular en toda Europa a partir de s. X. Instalado cerca del agua o junto a los pilares de un puente, tritura el grano, criba la harina, enfurte el paño, ateza las pieles o contribuye a la fabricación de la cerveza o del papel. En Inglaterra, en el s. XI, se cuenta por término medio con una rueda hidráulica por cada cincuenta fogones. Pero la utilización del movimiento circular, su tranformación y adaptación, ha de hacerse mediante verdaderas máquinas. El mecanismo utilizado será el árbol de levas, de añeja invención, que permite mover regularmente los martillos, mazos o pisones que golpean el hierro o la pulpa de papel. Un procedimiento parecido permite también hacer funcionar los aserraderos de madera.

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