La escultura, la ideología y la política

El arte triunfal y el culto al soberano

Los romanos, pueblo victorioso y conquistador, procuraron, desde época muy temprana, conmemorar el recuerdo de sus hazañas. Hay que señalar que la principal originalidad de sus monumentos conmemorativos de una victoria (respecto al arte griego) reside en que están cargados de significado religioso. Es así como generales y políticos plasman en la piedra una concepción casi mágica del poder del jefe victorioso. Este arte oficial se difunde por todas las provincias gracias a las directrices de una especie de «ministerio de Propaganda». Esta ideología, que se basa en una verdadera teología de la victoria (por la fuerza de las armas primero, y luego por lo bien fundado de las instituciones), reviste innumerables formas: arcos de triunfo, trofeos, altares y columnas monumentales. Augusto está considerado como el fundador de este arte. Codificó un repertorio formal que, en el curso de la historia coincidirá con la imagen clásica del poder absolutista (Bizancio, Renacimiento, Imperio napoleónico).

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