En la Crítica del juicio, publicada en 1790, Kant analiza los juicios referentes al gusto, es decir, los que afectan a lo bello y a lo sublime de la naturaleza o del arte. Hay, pues, un juicio estético y no una mera apreciación vagamente subjetiva. Cuando yo digo: «Rubens es un maestro» lo considero una frase universal, para todo el mundo y no solamente para mí. Pero este juicio estético es de una naturaleza muy diferente que el de un astrónomo cuando declara: «La luna se pondrá esta noche a las 23 h 57 m.» El juicio estético no es un juicio de conocimiento objetivo. Mas, si no es puramente subjetivo, ni tampoco verdaderamente objetivo, ¿qué es entonces un juicio estético? Y, ¿por qué el sentimiento, bajo la forma de lo bello o de lo sublime, puede inmiscuirse en el juicio, cuando, por lógica, el juicio debe ser un acto frío y reflexivo por excelencia?
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: