La invasión industrial de los plásticos

La revolución de los plásticos

Con la esperanza de ganar el premio de 10.000 dólares que ofrecía una firma americana a quien descubriera una materia apta para reemplazar el marfil (demasiado costoso) en la fabricación de las bolas de billar, John Wesley Hyatt descubrió el celuloide elaborando una mezcla de nitrocelulosa y de alcanfor. Durante más de 30 años esta materia plástica sintética fue la única de su especie, hasta que en 1907 se produjo el descubrimiento, por Leo Hendrik Baekeland, de la baquelita, obtenida por acción del formol sobre el fenol. A partir de ese momento comenzó el prodigioso desarrollo de los plásticos. Gracias a la diversidad de sus propiedades y a su coste, inferior al de los productos naturales (maderas, vidrios, fibras, textiles naturales, metales) a los que pueden reemplazar, han llegado a invadir el mercado. Su producción mundial se ha disparado en espiral: desde los 1,8 millones de toneladas de 1950, consiguió sobrepasar los 55 millones en 1978, y deberá ser del orden de los 120 millones de toneladas en 1990. Los principales países productores son los Estados Unidos, Alemania Federal, Japón, la URSS y Francia. De esta producción de conjunto destacan, por su importancia, los polietilenos, los cloruros de polivinilo, los poliestirenos y los aminoplásticos. La industria química es en la actualidad una de las principales ramas de la industria moderna. Al transformar materias primas naturales (carbón, azufre, petróleo, fosfatos, cloro) en otras sustancias, consigue hoy día la elaboración de más de 10.000 materiales nuevos.

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