El fondo y la forma El libro es anterior al periódico y, en un principio, tuvo una forma única, a causa de los problemas que planteaba su producción: era voluminoso, su encuadernación era siempre pesada y se imprimían no más de algunos centenares de cada título. Las primeras familias de libros no tenían en cuenta la forma de los productos, sino únicamente su contenido. En la Edad Media se distinguían las obras religiosas, técnicas y de imaginación. Hoy, estas categorías existen aún, también en las firmas editoriales que se han especializado en producirlas, pero, a la vez, están divididas en subcategorías: libros ilustrados, obras escolares, diccionarios y enciclopedias y, en literatura, la edición de textos clásicos, novelas, tebeos y otros.