Las plantas venenosas y parásitas

Una larga lista de malhechores

En esta lista, las criptógamas, particularmente los hongos, detentan el récord de víctimas. El aspecto de los asesinos ha sido ampliamente descrito en uno de los capítulos dedicado a los hongos. Sorprendentemente, las algas no parecen tener el menor indicio de toxicidad; pero si se aborda la inmensa familia de las plantas con flores, se descubre una larga lista de malhechores más o menos anónimos, muchos de ellos pertenecientes a la zona tropical. En lo referente a la flora occidental, un primer nombre nos viene inmediatamente a la memoria: la cicuta. Sin embargo, esta planta pertenece a la conocida familia de las umbelíferas, al igual que la zanahoria, el apio y el hinojo. Se distingue la cicuta mayor de la cicuta menor, que se parece peligrosamente al perejil. Sócrates, condenado al «veneno de la justicia» en el 339 a. C, fue una ilustre víctima de la cicuta mayor. Otra planta común y muy peligrosa es la brionia, también llamada «viña del diablo», perteneciente a la familia del pepinillo; sus atrayentes bayas (que se parecen a las grosellas) pueden resultar mortales si se toman más de 30. Citemos también, entre las plantas silvestres corrientes, la clemátide, denominada «hierba de los lazarosos», porque los mendigos se servían de ella antiguamente para despertar la piedad, provocándose artificialmente espantosas lesiones en la piel; el acónito, cuyas partes son todas ellas muy tóxicas;y, finalmente, el eléboro, planta que provocó envenenamientos célebres en la historia.

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