Los arbustos, paladines de la ornamentación paisajística

Setos de colores

Plantar un seto es la primera prueba que hay que pasar con éxito para ascender al primer grado en jardinería; no se trata sólo de saber cómo se preparan los hoyos, determinar las distancias entre las plantas, etc.; esto puede aprenderse fácilmente en una obra de divulgación. En la elección de la especie es donde se confirmará el talento naciente. ¿Por qué ceder a la tentación de alinear las sempiternas tuyas, que crean un fondo vegetal falto de originalidad? Estas pueden reemplazarse ventajosamente por laureles o boneteros, si se quiere insistir en las plantas perennes; en caso contrario, se pueden plantar alheñas que sólo pierden algunas hojas o arbustos de hoja caduca, como los majuelos, que dan hermosos setos espinosos. Pero plantar setos a base de una sola especie constituye una flagrante falta de imaginación; la naturaleza no conoce más que los setos mezclados y reúne indiscriminadamente árboles y arbustos, de hoja caduca o perenne. ¿Quieren ustedes un seto que florezca durante todo el verano? Hay que mezclar, por ejemplo, majuelos de floración primaveral, espireas de floración estival y Osmanthus de floración otoñal. También pueden agregarse especies que conservan sus frutos en invierno, como los agracejos o algunos Cotoneasters.

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