La regla de los caballeros teutónicos se parecía a la de los templarios, puesto que también en ella se exigía el triple voto: castidad, pobreza, obediencia. Pero los teutónicos no tenían el derecho de dejar la orden, y el acento se ponía siempre en el estilo militar de vida. Las riquezas pertenecían a la orden, que se quedaba también con todos los botines. El código disciplinario era muy riguroso. Los hermanos debían confesar sus faltas en público, y la regla excluía toda posibilidad de perdón. Los miembros eran llamados caballeros, pero no podían reclamar convertirse en tales antes de cumplir diez años de antigüedad.
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