Los primeros cazadores

De las herramientas a las armas

En la fase más elemental de su desarrollo, el Homo sapiens recolecta plantas, insectos y conchas, pero utiliza ya los primeros rudimentos de un utillaje que transformará su existencia. Este utillaje procede de la piedra, que el hombre aprenderá a tallar en lascas cada vez más finas. Luego, con la punta de esta lasca talla los huesos y la madera. El perfeccionamiento lento del instrumento se debe, en primer lugar, a las necesidades elementales de la comunidad, la caza, de la que, con la pesca y la recolección, vivió el hombre durante millones de años. Al pesado mazo con el que se intentaba matar la presa sucede la piedra puntiaguda, lanzada primero con la mano e impulsada más tarde por medio de una honda antes de que surgiera la flecha, terminada generalmente en un sílex en forma de almendra. La vida de los hombres se organiza en torno a la de los animales, a causa de los numerosos recursos que les ofrecen los inmensos rebaños de bisontes y de renos en unos lugares o de rinocerontes lanudos o elefantes, en otros.

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