Los siglos XIX y XX: búsquedas en todos los géneros

15/09/2015 1.142 Palabras

El impresionismo francés No obstante, las sendas de cierto academicismo, encarnado por Saint-Saëns, ya no son seguidas por Fauré, que otorga a sus composiciones un color armónico nuevo. Este compositor, al que tanto se conoce por sus Mélodies y su Requiem, no llega a los oyentes internacionales con tanta fuerza como su contemporáneo Claude-Achille Debussy, quien apela a dominios musicales todavía poco explotados, tanto en su ópera Pelléas et Mélisande como en su muy abundante producción pianística. También su obra orquestal desarrolla un arte subjetivo, como se advierte en sus Bocetos sinfónicos, cuya potencia impresionista sólo habrá de ser igualada por Maurice Ravel. Precisamente es Ravel quien continúa la «restauración» de la música francesa del s. XVIII, emprendida por las Sonatas de Debussy, muy en especial con su composición Tombeau de Couperin. Su genio de orquestador se acompaña con el del pianista fantástico que se revela en sus obras Miroirs y Gaspard de la nuit. Entre sus composiciones vocales también se encuentran obras maestras como L’Enfant et les Sortiléges o las Mélodies.

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