Los tarots: oros, copas, espadas y bastos

Renace el interés

Desde hace poco tiempo, el tarot vuelve a estar en boga en Occidente. No se utiliza la baraja tradicional, sino otra compuesta con los palos de la baraja europea, de 14 cartas como hemos dicho, y 22 tarots, las cuales, numeradas del 0 al 21, sirven para hacer las bazas. De. las 22 tarots, hay tres (las puntas) que tienen un valor especial: el 1 de tarotas, el 21 y el 0, denominadas respectivamente el cubiletero, el mundo y el loco. El cubiletero posee una particular significación: al jugador que lo lleve y consiga mantenerlo hasta la última baza le corresponden 10 puntos por cada adversario. El orden de las cartas sitúa al rey en la cumbre de la jerarquía y al as en último lugar. Cada carta tiene su puntuación y, naturalmente, lo que cuenta en el juego no es tanto el número de bazas realizadas como el total de puntos que sumen. Las tres cartas señaladas anteriormente valen 5 puntos, igual que el rey; la reina, 4; el caballo, 3; la sota, 2, y las demás cartas, l/2 punto. En el recuento, se juntan las cartas de dos en dos y sólo se cuenta la mayor. Una partida de tarot se compone de las seis fases siguientes: el reparto de cartas y las apuestas, a la que siguen el aumento de las apuestas, el descarte, los anuncios, las jugadas y, finalmente, como colofón de la partida, el recuento de las ganancias que haya obtenido cada jugador.

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