Marco Polo: viaje a los confines de Asia

La paz mongólica

Marco Polo había pasado más de 20 años en China, pero no fue el único occidental de finales del s. XIII que utilizó una de las rutas de la seda que unían el Próximo Oriente con Mongolia. En efecto, desde el s. XII, la conquista mongólica permitía la circulación de caravanas y de hombres en condiciones de plena seguridad. La antigua institución china de los relevos de posta se había extendido incluso a la estepa. Y ello se debía a que la nueva capital del Imperio mongol se encontraba, desde 1267, en China, trasladada desde Karakorum a Pekín por Kubilai, y convertida en Khanbalic, o Cambaluc para Marco Polo. Para explotar las riquezas de China, los conquistadores, que no eran administradores y que desconfiaban de los chinos, acostumbraban dar grandes oportunidades a los aventureros procedentes del Asia Central, de Persia, ¡e incluso de Europa!

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