«El admirable hallazgo de Hegel», según Nietzsche, consistió en buscar la verdad en el futuro. Antes de Hegel, todos los filósofos estaban de acuerdo en plantear la verdad como el objetivo final del conocimiento: una determinada filosofía no era más que un paso particular para llegar a alcanzar esta verdad fija e inmutable. Por el contrario, Hegel pensó la filosofía en sí misma, es decir, como sucesión de todos esos pasos particulares. La filosofía es la manifestación evolutiva de la verdad, o la Fenomenología del espíritu. Hegel afirma que «lo verdadero no es más que el devenir de sí mismo». En esa línea, se ha dicho que la aportación de Hegel supone una «autobiografía del espíritu del mundo».
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