Oficios al servicio del pasado

El arqueólogo debe ser metódico, paciente y riguroso, pero también debe tener vocación. Se encarga de preparar la expedición, sin dejar nada al azar, y es el responsable de la misión; por ello vigila cuidadosamente el reclutamiento de los componentes del equipo. Ya sobre el terreno, dirige los trabajos y, cada día, anota todos los acontecimientos en el diario de la expedición. Al regreso, continúa estudiando los elementos descubiertos y refleja los resultados en artículos y publicaciones que dará a conocer a sus colegas extranjeros.

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