Teotihuacán: la ciudad sagrada

Arquitectos astrónomos

En un medio geográfico que hacía a los hombres especialmente sensibles a los excesos y milagros de la vida natural, la observación de los astros tuvo una enorme importancia, desde el principio, en el pensamiento de América Central. Para el desarrollo de los cultivos es esencial conocer los movimientos del cielo, pero el carácter profundamente mágico de la creación, en la que las comunidades humanas están condenadas a vivir, lleva a los hombres a recrear una magia propia, que es como una réplica de la magia natural. Esta magia se basa en una lectura racional del cielo, lectura de la que surgirán la astronomía, la escritura y el calendario. Lo que la razón no puede descubrir lo explora la imaginación, y así se desarrollan la astrología, los rituales religiosos y los mitos. La arquitectura, creación del hombre, trata de interpretar el orden y la coherencia del universo, al contrario que otras expresiones plásticas, que expresan más la pasión y el desorden surgidos de la imaginación. Sin embargo, es muy difícil separar la arquitectura de las demás expresiones artísticas, pues la escultura, por ejemplo, se ha utilizado a menudo, ofreciendo, en el aspecto religioso, la misma función que un edificio religioso.

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