Vaqueros y buscadores de oro: el fin de la «frontera»

¿Cómo fue retrocediendo la «frontera»?

El territorio de los Estados Unidos fue creciendo de dos formas diferentes: mediante compras y por la conquista. En 1803 se compró de nuevo a Francia la Luisiana, por 15 millones de dólares y en el año 1819, Florida a España. También se compró a los británicos una parte de Oregón. Posteriormente, en 1848, Estados Unidos obligó a México -tras haberle derrotado en una guerra- a que le cediera Texas, Nuevo México y California. A partir de ese momento, el territorio federal alcanzó su dimensión definitiva. El rápido poblamiento de las tierras del Oeste se hizo con arreglo a las Ordenanzas de 1787, que eran una especie de fuero que preveía que las regiones situadas al noroeste serían divididas en territorios que se venderían después a buen precio al Tesoro federal. Estas regiones podrían constituirse como territorios autónomos y acceder finalmente a la categoría de miembros de la Unión. De esta forma, gracias a estas Ordenanzas, se fueron sumando a la bandera de la Unión las estrellas que representaban los nuevos Estados.

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