Vivir en Sumer

Un "imperio" codiciado

La unificación de Mesopotamia es una necesidad económica: la prosperidad de la agricultura va unida a la organización de una red de vías de agua, naturales o artificiales, cuya explotación no puede depender de una multitud de pequeñas ciudades independientes. Lugalzaggizi (hacia el 2370) impone una autoridad única para la utilización del agua. Pero los pueblos vecinos codician su «imperio". Hacia el 2345, los semitas adquieren la hegemonía, y su jefe, Sargón, establece la capital en Akad, al norte de Sumer. Esta última pierde su hegemonía, pero su civilización no concluye. Mediante feroces guerras, los acadios extienden su imperio hacia el Asia Menor. Después, Mesopotamia atraviesa por diversas situaciones: ocupada y parcialmente disgregada por las invasiones bárbaras, vuelve a conquistar su esplendor con Hammurabi, que establece la capital en Babilonia (1792-1750). En torno a esta ciudad y a la de Mari (situada en la orilla derecha del Eufrates) se forma la red comercial más amplia del mundo antiguo.

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